TÍMIDAS SOLUCIONES (la música etcétera)

Nada nuevo bajo el sol. Teddy Bautista es un músico excepcional pero ha conseguido que una sociedad como la SGAE, que tendría todo a favor para resultar simpática, sea una de las instituciones más odiadas de este país. No me quiero extender mucho. Esto no es un ataque mortal ni un intento de hacer leña del árbol caído. Requetesabidos y archiconocidos son los casos y las historias de djs de bares que pinchaban discos descatalogados y que tenían que pagar este impuesto revolucionario, celebraciones de boda con agentes secretos de la SGAE infiltrados (yo creo que no había necesidad de eso, todos nos sabemos de memoria el tracklist de una boda), conciertos benéficos que tuvieron que pasar por caja, etc.

Yo resumiré en dos palabras mi experiencia directa y personal. Había una vez, y sigue habiendo, una radio libre asociativa, de cuyo nombre sí quiero acordarme (y siempre estará conmigo) pero que es mejor que no aparezca en este post, que luchaba sin cuartel contra esta gente. La lucha venía desde hacía muchos años. La radio en cuestión se negaba a pagar el canon que exige la SGAE a todos los medios de comunicación. Llovieron denuncias y llovieron demandas. Esta radio, y actualizo ya el discurso, es una asociación. Todos los compañeros y compañeras que dirigen la programación y colaboran en los programas, que llevan las cuentas, que organizan el festival alternativo y el concurso de maquetas, y muchas otras cosas más, no es que lo hagan por amor al ARTE, no; es que ponen de su bolsillo un mínimo de 250 euros al año, además de mucho tiempo y mucho esfuerzo. Esta radio no emite publicidad ni saca ningún beneficio económico por su trabajo. La radio se niega a pagar a la SGAE, que lleva persiguiendo ejemplos como éste desde que comenzó a ver las orejas al lobo con la aparición de un monstruo llamado INTERNET.

Con INTERNET no se puede luchar porque no tiene dueños. Yo mismo estoy escribiendo este artículo ahora mismo al mismo tiempo que subo mi programa a un podcast, leo periódicos brasileños, pago un dominio web en Eslovaquia y me compro un Kindle en Oregon. Nadie puede con internet. INTERNET es otra cosa. Internet marca, y nunca antes esta frase a tenido tanto sentido, UN ANTES Y UN DESPUÉS. Y una de las cosas que están dentro de internet son los programas peer to peer, los programas de compartición de archivos: comenzamos con el kazaa, luego vino el emule, luego el ares, y ahora ya se usan programas de descarga directa; por no hablar del spotify y todas las aplicaciones para grabar directamente las canciones. Otro día hablaremos de la industria del libro, que a mí me incumbe más, pero en lo que respecta a la industria musical, está K.O. Está K.O. porque además su lucha contra el mp3 y todo esto que relaciono arriba viene abanderada por un formato medianamente regular tirando a malo como el CD. Yo, personalmente, estoy harto, por ejemplo, de que se me rompan, de que pierdan calidad y se rayen dependiendo del equipo musical, de que incluyan un libreto cutre, etc. Internet, en el mundo de la música, no tenía rival (está volviendo el vinilo, no digo más).

La experiencia personal de muchos artistas, sin embargo, es que internet les ha ayudado y les ayuda porque les facilita un medio de promoción "gratuito" (luego explico las comillas) que antes no tenían. Y tienen la "facilidad" (luego explico las comillas) de poder montar conciertos y anunciarlos más artesanalmente. Llegó el myspace, llegaron todas las redes sociales, llegó el youtube. Y ni la SGAE ni la industria musical, las grandes compañías, se daban cuenta de nada. Miguel Bosé y Alejandro Sanz se quejaban y se quejan de los africanos y sus mafías del top manta, cuando el problema estaba mucho más arriba. Estaba y está en el cielo, en el aire (como decía mi padre). Internet está en el aire (frase utilizada por mi él a mi madre cuando le quería convencer de instalar internet en casa).

Las comillas de antes se explican sencillamente y se unen con una de las ideas que yo tengo, humildemente, para ayudar en lo que se pueda a "los más necesitados de la industria musical". Internet no es gratuito, internet se paga. Debería ser gratuito y dentro de poco lo será en nuestro país, pero de momento se paga. Y se paga bastante caro para el mal servicio que da. Y se paga a una serie de compañías de telecomunicaciones a las cuales se les ha aparecido Dios en plena crisis. Esas empresas se están forrando, literalmente, de billetes de 500. Le damos una pista a Miguel Bosé y a Alejandro Sanz de hacia adonde hay que apuntar. Evidentemente si va a haber una serie de compañías que se enriquezcan con internet que se les aplique una tasa millonaria porque ellos no inventaron esto y porque no es suyo. Ellos tiran cuatro cables, que lo podía hacer también el gobierno, que es otra opción. Entre todos ellos, me da igual como se organicen, y cómo lo financien (pero serán ellos), se pueden proyectar y/o habilitar lugares especiales para el desarrollo de todos los artistas locales que se asocien en las distintas asociaciones de derechos de autor (hay que defenderlos, claro) de cada municipio. Allí podrían ensayar gratuitamente, grabar gratuitamente y montar conciertos (para sacar beneficios) todos ellos. Espacios públicos multidisciplinares y multiusos (que los hay, en lugares como Santander, por ejemplo). Muchísima gente dedicada al mundo de la música podría salir adelante de esta manera: abaratando costes de ensayos y grabaciones y teniendo mayor facilidad y muchas más salas para montar conciertos. Aquí es donde explico las otras comillas. internet facilita los contactos y las oportunidades de un artista para moverse y dar conciertos, pero faltan salas y las condiciones económicas no siempre son favorables.

Respecto a las ventas: si quieres vender el CD tienes que bajar un poco el precio, eso está claro (todas las partes tocarán a menos en este pastel), y ofrecer algo más llamativo, más completo. Y mejorar mucho más las plataformas de venta en internet. Allí se pueden vender productos de muy buena calidad, pero no puede ser como el itunes.

Lo triste es que un músico pequeño se queja porque si no vende sus 350 discos no tiene dinero para comer y pagar el alquiler, y nuestros mencionados amigos viven donde no pagan los impuestos que los demás pagamos y se quejan porque si no venden 350.000 discos no tienen dinero para pagar el tren de vida que llevan. Por mí, como si descarrilan. Y la SGAE, también, sobre todo si sólo defiende a tipos como ellos.


Víctor David López