El paso de Caetano Veloso por la Península Ibérica es, sin duda, uno de los momentos estelares de este año musical por nuestras tierras. El nuevo álbum, "Abraçaço", suena rotundo y espontáneo, y viene con la promesa del autor de ser presentado a conciencia, acompañado por grandes clásicos de su carrera, que no siempre serán los más famosos.
Sorprende positivamente su presencia en festivales de moda, orientados con casi total seguridad a artistas cuarenta años menores que él y a públicos cincuenta años más jóvenes, pero su aureola de mito viviente de la música latinoamericana le permite eso y más. Si Ray Davies puede hacerlo, él también, por supuesto.
El nuevo disco de Caetano ha sido grabado junto a su power trio
BandaCê con
la colaboración de su hijo Moreno. Un disco que ha sorprendido al propio
Caetano “es un álbum que me intrigó y que
recibo con alegría al ver las reacciones positivas que provoca pero no dejo de
pensar que no lo conozco bien. Cuando hicimos el concierto de su lanzamiento en
el Circo Volador, la intimidad de la audiencia con las nuevas canciones me
conmovió, yo mismo no sabía sus posibles encantos. La naturalidad con la que
Pedro Sá, Ricardo Dias Gomes y Marcelo Callado tratan las canciones es
perceptible incluso para mí”. La luz del espectáculo, diseñada por Helio y
Gabriel Farinon, sigue las artes visuales de los negros reproducidos por Igor
Perseke y las sugerencias sonoras y poéticas de las canciones.
Más de cinco décadas de actividad y una
carrera marcada por el ímpetu visionario y el compromiso social han hecho de
Caetano Veloso un auténtico referente de la música popular. Ganador de cinco
premios Grammy e impulsor junto a Gilberto Gil, Gal Costa y su hermana María
Bethania de la renovación de la tradición musical de su país con el
"tropicalismo", el autor de "Tropicália" sigue buscando el
diálogo entre rock y samba en lo que él mismo ha definido como “transrock”.
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